Dónde debe dormir un cachorro de 2-3 meses

Sin dudas, el exterior no es el sitio donde debe dormir un cachorro de 2 meses o 3 meses. ¿Por qué? La principal razón es que, a esta muy temprana edad, los cachorros están en pleno proceso de desarrollo y su sistema inmune aún se está fortaleciendo. En consecuencia, estos perros son particularmente vulnerables y pueden enfermarse con mucha facilidad si se exponen a contextos desfavorables, incluyendo la presencia de microorganismos patógenos, parásitos internos y externos, suciedades y condiciones climáticas adversas.

Cuando un cachorro de 2 o 3 meses duerme afuera, es mucho más probable que se exponga a dichos contextos desfavorables y acabe enfermando. Desde un simple resfriado hasta patologías complejas, como el moquillo o el parvovirus, todo son múltiples las afecciones que pueden comprometer severamente la salud y el óptimo desarrollo de los cachorros. Por ende, un cachorro no debería dormir afuera, como tampoco debería salir a la calle libremente, por lo menos hasta completar el primer ciclo de vacunas y las desparasitaciones internas y externas.

Así mismo, es importante que sepas que lo más recomendable es que ningún perro duerma afuera, independiente de cual sea su edad. Ello porque, aunque el sistema inmunológico de un perro adulto esté – o debiera estar – mucho más desarrollado que el de un cachorro, no significa que su salud y su calidad de vida no vaya a ser mitigada por los ya mencionados factores adversos y posibles causantes de enfermedades en los perros.

Esta alternativa tampoco es muy recomendable, fundamentalmente porque no soluciona ningún problema. Por ejemplo, si has adoptado a un cachorro de 2 o 3 meses que llora mucho por las noches y no te deja dormir, al encerrarlo, solo lograrás que se sienta más inseguro y termine llorando aún más. Y, lógicamente, será aún más difícil que logres conciliar el sueño con semejante nivel de ruido.

Además, si encierras a un cachorro de 2-3 meses para dormir, acabarás dificultando su adaptación al nuevo hogar. Ten en cuenta que la adaptación a una nueva casa, para un perro de cualquier edad, es un proceso y cada individuo tomará su propio tiempo en sentirse a gusto en este nuevo ambiente. No obstante, como tutores, es nuestra responsabilidad generar las condiciones más favorables para que este proceso adaptativo se desarrolle de la mejor manera y en el menor tiempo posible.

Si optamos por encerar al cachorro para dormir, estaremos quitando su libertad de movimientos y sometiéndolo a emociones negativas, como el miedo y el estrés. Todo ello repercutirá negativamente en su comportamiento no solo durante la noche, sino también durante el día. Entonces, será más probable que el cachorro tenga dificultades para gestionar la soledad y acabe teniendo conductas destructivas o indeseadas (por ejemplo, orinar dentro de casa) cuando quede solo.

Por las mismas razones, no recomendamos encerrar a un perro de cualquier edad durante las noches. Y puedes leer más sobre ello en el siguiente artículo: “Encerrar al perro para dormir, ¿es bueno o malo?”.

¡A casi todos los cachorros les encanta dormir junto o incluso encima de sus tutores! La explicación es muy sencilla: dormir contigo ayuda al cachorro a sentirse más seguro y protegido en un contexto de particular vulnerabilidad, ya que recientemente ha sido separado de su madre y ha llegado a un ambiente completamente nuevo. Además, tu cama resultará muy cómoda y calentita para tu nuevo compañero, y este puede ser el sitio donde debe dormir un cachorro de 3 meses o de 2 meses, siempre y cuando estés de acuerdo con ello.

Si te preguntas si es malo dormir con tu cachorro, ten en mente que, siempre y cuando él esté sano, libre de enfermedades y parásitos, esto no debería suponer ningún riesgo para tu salud. Pero, si no te sientes cómodo con esta situación y prefieres acostumbrarlo desde el inicio a dormir en su propia cama, recomendamos que, por lo menos, dejes la puerta de tu habitación entreabierta para que tu compañerito pueda solicitar auxilio o comunicarte cualquier necesidad durante la noche.

Ahora, independientemente de que permitas o no que tu cachorro duerma contigo, es fundamental que tengas en mente las tres pautas clave respecto de dónde debe dormir un cachorro al llegar a casa:

• Ubicación y acondicionamiento de la zona de descanso: un perro de cualquier edad debe contar, desde su llegada al hogar, con una zona de descanso bien acondicionada y ubicada en un ambiente tranquilo, donde no haya un exceso de estímulos que pueden impedirle dormir y dónde las temperaturas se mantengan razonablemente estables, para que no tenga frío ni calor durante la noche.
• Calidad de la cama: es fundamental que la cama del cachorro sea cómoda, con un buen relleno, para evitar que duerma sobre una superficie dura y fría, y un tamaño compatible con el de su propio cuerpo.
• Adaptación temprana: para evitar que la cuestión de dónde debe dormir un cachorro se convierta en un problema más adelante, es esencial que acostumbres a tu mejor amigo al sitio que hayas elegido como su zona de descanso desde su llegada al hogar. Así pues, si prefieres que tu perro no duerma contigo cuando sea un adulto, es mejor que no lo acostumbres a dormir contigo cuando aún es un cachorro, porque si lo haces, tu peludo asimilará que esto forma parte de su rutina. Luego, será más difícil modificar esta conducta que fomentarla desde el principio.

Ahora que ya sabes dónde debe dormir un cachorro de 2-3 meses, vamos a ver cómo dormirlo.

A este punto, te debes haber dado cuenta de que la determinación de dónde debe dormir un cachorro de 2-3 meses, además de asegurar el bienestar del cachorro, también depende de tus preferencias respecto a cómo quieres educarlo. Pero, ahora, puede que te estés preguntando cómo dormir a un cachorro de 2 o 3 meses, en especial que tu nuevo compañerito llora mucho por las noches y no te deja descansar.

Si estás pasando por una situación parecida, antes de nada, debes saber que es normal que un cachorro se muestre algo inseguro o temeroso al llegar a su nuevo hogar. Como hemos visto, esto sucede porque los cachorros necesitan adaptarse a este nuevo ambiente para poder empezar a comportarse de forma más estable y confiada. No obstante, también hemos hablado de la importancia de que sepamos cómo actuar para favorecer la adaptación del cachorro a su nueva casa.

En este sentido, si te preguntas cómo dormir a un cachorro de 2 meses o 3 meses, es fundamental que pongas atención a las siguientes pautas:

Revisa la zona de descanso

Asegúrate de que la misma resulte cómoda y segura para tu peludo, así como de que esté ubicada en un entorno positivo, limpio y libre de estímulos intensos (por ejemplo, ruidos fuertes y olores que odian los perros). Revisa también si la cama de tu compañerito es de buena calidad y fácil acceso para él.

Además, si optas por no dormir con tu perro, puedes dejarle una prenda con tu olor para ayudarlo a sentirse más seguro y menos solo durante la noche. Y no olvides dejar entreabierta la puerta de tu habitación en caso de que tu pequeño compañero necesite comunicarte algo durante la madrugada.

Optimiza la estimulación física y mental

Desde sus primeros meses de vida, los perros necesitan ejercitar su cuerpo y su mente para mantener un comportamiento más equilibrado durante el día y la noche. Ten en cuenta que, si tu cachorro lleva una rutina sedentaria durante todo el día, lo más probable es que llegue a la noche con mucha energía y no tenga ganas de dormir. Además, el sedentarismo no es un buen aliado para el desarrollo físico, cognitivo y sensorial de los peludos.

Como tu cachorro no podrá salir a la calle libremente hasta completar su primer ciclo de vacunas y desparasitaciones, es necesario brindarle una buena cantidad de recursos y estímulos para que pueda gastar energía y seguir desarrollando sus habilidades sensitivas y cognitivas dentro del hogar. Es por ello que el enriquecimiento ambiental debe ser parte de los cuidados de un perro desde su llegada al hogar.

Además, recuerda dedicar algo de tiempo cada día para jugar con tu cachorro y presentarle juegos de inteligencia. Más allá de fomentar la asimilación de una rutina más activa y motivadora, ello te ayudará a afianzar el vínculo con tu mejor amigo.

Empieza a establecer una rutina de paseos

Aunque aún no puedas sacar a la calle a un cachorro de 2-3 meses sin vacunas, sí puedes empezar a establecer una rutina de paseos diarios en un entorno controlado. Por ejemplo, si tienes un patio en tu casa, aprovéchalo para permitir que tu cachorro tenga una mayor libertad de movimientos y un mayor gasto energético durante el día, lo que favorecerá una buena noche de sueño.

Además, estas ocasiones serán perfectas para enseñar al cachorro a hacer sus deposiciones fuera de casa, así como para acostumbrarlo a caminar junto a ti usando correa y arnés o collar. Aquí encuentras más consejos útiles para llevar a cabo este proceso: “Cuándo y cómo puede salir un cachorro a la calle”

Educa a tu cachorro

La educación de los perros consiste en un proceso gradual que debería empezar desde su llegada al hogar, y preferiblemente a partir de sus primeros meses de vida. Educar a un perro va más allá de adiestrarlo y tiene que ver con brindarle las bases para un comportamiento más confiable y seguro dentro y fuera del hogar.

En este panorama, socializar al cachorro es una de las claves para permitirle desarrollar su autoconfianza y asimilar los recursos esenciales para gestionar sus propias emociones y convivir de una manera más armoniosa con una variedad de individuos, estímulos y entornos. Un perro que está socializado desde cachorro tendrá muchas menos probabilidades de desarrollar problemas de conducta y dificultades de aprendizaje a lo largo de su vida. Así pues, si has adoptado a un cachorro de 2 o 3 meses, no dudes en empezar a socializarlo de inmediato, pues esta es la edad ideal para dar inicio a su proceso de socialización.

Además, la llegada al nuevo hogar es el momento perfecto no solo para determinar dónde debe dormir un cachorro de 2-3 meses, y acostumbrarlo a este sitio, sino también para empezar a enseñarle cuáles conductas son consideradas adecuadas y cuáles no. Por ejemplo, si no quieres que tu perro te muerda jugando o salte encima de ti cada vez que tea coger su correa, empieza a presentarle tempranamente todos los recursos que formarán parte de su rutina y emplea el refuerzo positivo para favorecer la asimilación de un comportamiento equilibrado en cada ocasión.

Finalmente, te invitamos a conocer nuestros consejos para educar a un cachorro en el siguiente artículo: “Mi perro me salta encima y me muerde: causas y cómo actuar”

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