Cuidados básicos

¿La perra sufre al quitarle los cachorros?

 
Eduarda Piamore
Por Eduarda Piamore. 2 febrero 2024
¿La perra sufre al quitarle los cachorros?

Probablemente ya sabes que los perros son animales gregarios que, naturalmente, forman grupos o unidades sociales, los cuales resultan ser lo más parecido a una familia en el universo canino. Dentro de esta organización social, en la cual observamos cierto grado de división de tareas regido por una jerarquía, las hembras, entre otras cosas, son las principales responsables del cuidado y la protección de los cachorros. Este vínculo milenario e instintivo hace que muchos tutores se pregunten si la perra sufre al quitarle los cachorros o si los echa de menos cuando son apartados de ella.

Si tienes esta duda o curiosidad, nos alegra decirte que has llegado al sitio perfecto. En este artículo de TodoPerros, hablaremos de cómo impacta la separación tanto en la madre como en sus crías, y juntos trataremos de descubrir si la perra extraña a sus cachorros. ¡Empecemos!

Índice

  1. ¿La perra extraña a sus cachorros?
  2. Qué siente una perra cuando le quitan a sus cachorros
  3. Cuánto tarda una perra en olvidar a sus cachorros
  4. Cómo y cuándo separar un cachorro de su madre

¿La perra extraña a sus cachorros?

La capacidad de extrañar está directamente relacionada con la facultad del reconocimiento y con la memoria. Solo extrañamos específicamente a alguien porque lo reconocemos y, cuando ya no estamos en su presencia, somos capaces de recordarlo. Entonces, para saber si la perra extraña a sus cachorros, antes debemos entender si ella es capaz de reconocerlos como “suyos” y de recordarlos cuando se produce una separación temporal o permanente.

En este sentido, la aún joven ciencia que estudia el comportamiento de los perros nos ofrece evidencia de que esa capacidad de la perra de reconocer y recordar a sus cachorros tiene un fuerte componente temporal. El vínculo que une a la perra con sus crías va cambiando y, de cierta forma, debilitándose a medida que los cachorros van desarrollándose e independizándose. Es decir, que este vínculo es mucho más fuerte cuando los cachorros son recién nacidos y dependen de su madre para llevar a cabo casi todas sus funciones vitales y necesidades fisiológicas (alimentarse, limpiarse y evacuar, por ejemplo). Poco a poco, a medida que sus sentidos se van agudizando y su cuerpo va ganando fuerza, destreza y flexibilidad, los cachorros empiezan a ser capaces de valerse por sí mismos, dejando de depender de su progenitora.

Cabe aclarar que la debilitación de este vínculo no es algo que dependa de una decisión de la madre ni de los cachorros. Se trata de un ciclo natural y necesario para la supervivencia de la especie, porque cada perro tiene que aprender a sobrevivir por sus propios medios, aunque pueda formar un nuevo núcleo social con otros individuos (lo que seguramente ocurriría en un estado natural). Por todo ello, no podemos decir que la perra extraña a sus cachorros.

Ahora bien, ¿cómo vive la perra este proceso y de qué manera le impacta la separación de sus crías? A continuación, dedicamos un apartado especial a este punto clave de nuestro artículo.

Qué siente una perra cuando le quitan a sus cachorros

Aquí el factor crucial es el tiempo, porque no es lo mismo someter a la perra a una separación prematura de sus cachorros, mientras ellos todavía dependen de ella, que separarlos en el momento realmente oportuno, cuando los cachorros ya son mínimamente independientes. Eso es así porque tanto el cuerpo como la mente de la perra está preparado para vivir esta experiencia como un proceso gradual, y no como una ruptura abrupta. Para entender si la perra sufre al quitarle a los cachorros o no, vamos a conocer cómo es el vínculo entre ellos.

Formación del vínculo madre-cachorros

Hay que tener en mente que, más allá del significado emocional que nosotros, los humanos, atribuimos a la maternidad, el llamado “instinto maternal” tiene un fortísimo componente biológico y fisiológico, donde las hormonas juegan un rol central. Cabe aclarar que, cuando nos referimos a “lo fisiológico” y “lo emocional” de un embarazo, no hablamos de cosas antagónicas ni opuestas, porque ambas son inseparables. De hecho, las hormonas actúan como una especie de mensajeros en el cerebro y el sistema nervioso, pudiendo disparar ciertas emociones y condicionar el estado de ánimo. No es una casualidad, por ejemplo, que los niveles de oxitocina, popularmente conocida como “la hormona del amor”, se incrementan significativamente durante la última etapa del embarazo y principalmente durante el parto, exactamente cuando la hembra debe prepararse para establecer una relación directa con sus crías y desempeñar el rol maternal que resulta clave para la supervivencia de sus cachorros.

Pero, durante todo el embarazo, ocurren numerosos cambios fisiológicos, y principalmente hormonales, en el cuerpo de la perra, los cuales impactan en sus emociones y también en su comportamiento. Para decirlo de una manera muy sencilla, todos estos cambios van preparando a la perra – tanto física como emocionalmente – para ser madre de sus cachorros. Es por eso que, en condiciones ideales, la perra sabe exactamente cómo parir, qué hacer cuando sus cachorros nacen y cómo cuidarlos y defenderlos mientras que son totalmente dependientes de ella. No obstante, hay veces en las que los tutores necesitan intervenir durante el parto para evitar futuras complicaciones. Un ejemplo es cuando la perra lleva más de cuatro horas en trabajo de parto y muestra claros signos de dolor abdominal. En estos casos, podrás tener que ayudar a tu perra y aquí te contamos "Cómo puedes facilitar la expulsión de la placenta".

Después de dar a luz, verás que la perra se acerca casi inmediatamente a cada cachorro para lamerlo. En un primer momento, esta acción es fundamental para asegurar que el cachorro pueda respirar y evitar que se asfixie con cualquier residuo de placenta o líquido amniótico. Pero, este comportamiento se mantendrá durante algunas semanas, en parte para estimular las vías de excreción de los cachorros, pero el contacto directo de la madre con los cachorros también es clave para generar un olor común, el cual permite que la madre reconozca a sus cachorros y, en consecuencia, perciba la ausencia de uno o varios de ellos.

Así mismo, el estrecho vínculo inicial de la madre con los cachorros va más allá de la satisfacción de sus necesidades fisiológicas. Eso es así porque la madre también es la responsable de enseñar a sus crías los códigos básicos de la comunicación y de la conducta social de los perros. Básicamente, los cachorros empiezan a aprender cómo ser perros junto a su madre y a sus hermanos, y este aprendizaje va a repercutir en su comportamiento a lo largo de toda su vida.

Separación

Una separación en la primera etapa de la maternidad sería brutal tanto para la perra como para los cachorros, porque ambos son un solo ser en este momento. Y sí, la perra va a extrañar a sus cachorros si se los quitan antes de tiempo.

No obstante, así como el organismo prepara a la perra para dar inicio a su rol maternal, también la prepara para entender cuándo es el momento de ponerle un punto final y permitir que sus cachorros sean independientes. Esto también es parte del ciclo natural de vida de los perros y resulta fundamental para la supervivencia de su especie, porque, en un estado natural, las hembras deben prepararse para un nuevo embarazo y los cachorros seguirán madurando hasta ser capaces de generar sus propios herederos. Así pues, la separación de la madre y sus cachorros está prevista dentro de este ciclo vital, por lo que, cuando se produce en el momento adecuado, la perra no debería extrañar a sus cachorros ni sufrir al separarse de ellos.

¿La perra sufre al quitarle los cachorros? - Qué siente una perra cuando le quitan a sus cachorros

Cuánto tarda una perra en olvidar a sus cachorros

¿Recuerdas que hablamos del olor común generado y reforzado por el contacto directo de la perra con sus cachorros? Evidentemente, mientras más estrecho es el vínculo y más frecuente es el contacto de la perra con las crías, más intenso es este olor. Entonces, a medida que los cachorros se van independizando y necesitan cada vez menos de la intervención de su madre para el desarrollo de sus funciones vitales básicas, este olor tiende a diluirse progresivamente. Tampoco se trata de una casualidad, sino de un proceso necesario para la independencia de los cachorros y el proseguimiento del ciclo vital tanto suyo como de la madre.

No obstante, algunos estudios apuntan a que tanto las perras como los cachorros son capaces de seguir reconociendo este olor común después de la separación en el momento más adecuado. Como veremos en el siguiente apartado, hay cierto consenso en que los cachorros deberían permanecer junto a su madre al menos hasta su octava semana de vida (aunque algunos expertos recomienden que sería mejor esperar hasta su tercer mes de vida). Pero, una investigación conducida por Peter Hepper y publicada en Science Direct, ha mostrado que las madres son capaces de reconocer el olor de sus cachorros hasta dos años después de su nacimiento.[1] Los resultados también apuntan a que esa relación entre madre y cachorro tiende a ser más fuerte y duradera que el vínculo entre un cachorro y sus hermanos. De ahí que tanto la madre como sus cachorros sean capaces de reconocerse durante un periodo más largo de tiempo que los hermanos entre sí. Dicho experimento sugiere que, si bien la perra no deba sufrir al separarse de sus cachorros, siempre y cuando esta separación se produzca en el momento oportuno, tampoco los olvida ni fácil ni inmediatamente.

¿Y los cachorros olvidan a su madre?

Otro interesante estudio conducido por Carisa Gillis[2] se ha propuesto evaluar el comportamiento de los perros ante el reconocimiento del olor de sus madres y de sus cuidadores humanos, dividiéndolos en dos grupos. El grupo expuesto al olor maternal estaba compuesto por cachorros o perros jóvenes que llevaban de 7 a 68 meses alejados de su madre. A estos individuos se les ofrecieron una toalla que contenía el olor de su madre y varias otras que tenían el olor de otras perras. Y el grupo que debió olfatear el olor de sus tutores se componía de perros que llevaban entre 11 y 39 meses separados de sus madres. A cada uno de estos perros fue ofrecida una toalla con el aroma de su tutor y otras con olores de otras personas e incluso de perros del mismo sexo que su cuidador.

En ambos grupos, se ha observado que los perros pasaban más tiempo olfateando y demostraban más interés por las toallas que contenían el olor de sus madres y de sus cuidadores humanos. Ello sugiere que el olfato también actúa como mediador en la capacidad de los perros de formar vínculos emocionales tanto con sus congéneres como con los humanos, los cuales parecen conducir a un reconocimiento y recordatorio más duradero de los individuos con los cuales comparten una relación más entrañable (por ejemplo, con sus madres y sus tutores).

Por tanto, los cachorros también tardan años en olvidar a sus madres porque el vínculo establecido con ellas es lo suficientemente fuerte como para que así sea. Esto no implica extrañeza ni sufrimiento al estar separados, simplemente que son capaces de reconocerlas en caso de volver a encontrarse.

Cómo y cuándo separar un cachorro de su madre

Empecemos por el cuándo, ya que el tiempo es el factor clave para que la perra no sufra al separarse de sus cachorros. Y aquí es fundamental que no confundir la edad del destete con el momento adecuado para separar a las crías de su madre.

Tanto el destete como la separación de la madre son procesos naturales, pero ocurren en momentos distintos de la vida del cachorro. El primero se inicia alrededor de la tercera semana de vida del cachorro, cuando su cuerpo comienza a experimentar cambios internos y externos, a medida que su dentadura y su sistema digestivo van adaptándose a la alimentación que conservará a lo largo de toda su vida. De hecho, el proceso de destete hace referencia específicamente a esa transición alimentaria, en la que el cachorro deja de nutrirse exclusivamente de leche materna y empieza a tolerar progresivamente una mayor variedad de alimentos.

Cómo es el destete natural

En este proceso, veremos cómo los cachorros van desarrollando sus dientes de leche, los cuales empiezan a molestar cada vez más a la perra mientras amamanta. En consecuencia, la propia perra empieza a introducir otros alimentos en la dieta de sus cachorros, generalmente ofreciéndoles pequeñas porciones de alimentos previamente masticados. Casi al mismo tiempo, los cachorros comenzarán a imitar el comportamiento de su madre y se mostrarán cada vez más interesados en acudir al comedero para probar de su comida.

No obstante, esto no implica el fin inmediato de la lactancia, ya que muchas perras son capaces de producir leche y se muestran receptivas a amamantar mientras que sus cachorros permanezcan junto a ellas. Es por eso que, muchas veces, el fin del proceso de destete coincide con la separación de la madre de sus cachorros, pero no siempre es así. Así mismo, la producción de leche materna y la receptividad a amamantar a sus cachorros, puede variar en función de varios factores internos y externos al organismo de cada perra, así como del ritmo de crecimiento y desarrollo de los cachorros. Por ende, no es posible determinar una fecha específica para la finalización del proceso de destete en todas las razas caninas ni en los perros mestizos.

Además, algunas perras tienen dificultades para producir leche o directamente no logran producirla, pero de ninguna manera esto significa que podemos separarla prematuramente de sus cachorros. En estos casos específicos, el tutor necesitará intervenir para asegurar que los cachorros recién nacidos reciban una nutrición adecuada, siempre con la orientación de un veterinario. Si estás pasando por esta situación, te recomendamos la siguiente lectura: “Mi perra no tiene leche: causas y qué hacer”.

Consejos para separar a los cachorros de su madre

En la actualidad, existe un consenso entre veterinarios y expertos en comportamiento canino de que lo más recomendable es esperar a que los cachorros cumplan dos o tres meses de vida antes de separarlos de su madre. Ten en mente que una separación prematura repercute negativamente tanto en la perra, que sufrirá al quitarle los cachorros y podrá desarrollar síntomas de depresión o incluso una mastitis, como en los cachorros, que se volverán más propensos a diversos problemas de salud debido a la disminución de la respuesta inmunitaria, así como a dificultades para aprender e interactuar. Un cachorro separado prematuramente también será más propenso a desarrollar conductas agresivas asociadas al juego y problemas de comportamiento, como la ansiedad por separación, ya sea en la juventud o en la edad adulta.

Ahora que ya sabemos cuándo, veamos cómo separar a los cachorros de su madre:

  1. Hazlo de forma progresiva. Lo más importante es no separar todos los cachorros de su madre al mismo tiempo. En la mayoría de los casos, basta con observar el comportamiento de la perra y de los cachorros para darse cuenta de qué individuo está más preparado para pasar a la siguiente etapa de su ciclo vital.
  2. Empieza por el más independiente. Uno a uno, elegiremos al cachorro que se muestra más independiente y naturalmente más distanciado de su madre, y lo apartaremos, esperando mínimamente algunos días antes de separarla de otro cachorro.
  3. Observa a la madre. El comportamiento de la perra también nos dará varios indicios de que es el momento adecuado para separarla de sus crías. La propia perra empezará a reducir progresivamente el tiempo que dedica a cuidar de sus cachorros, se mostrará menos protectora, dándoles más libertad y espacio para que exploren su entorno e interactúen con los estímulos e individuos allí presentes. Incluso es posible que la perra comience a rechazar a los cachorros que ya le parecen listos para independizarse, o que establezca ciertos límites para compartir sus recursos.

Ahora que sabes que la perra no sufre al quitarle a los cachorros si la separación se produce correctamente, aprovechando que hablamos de las interacciones del cachorro, recuerda que también es fundamental empezar a socializarlos desde una temprana edad, preferiblemente entre su segunda y su décima semana de vida, para permitirles desarrollar plenamente su confianza y asimilar una mayor cantidad de recursos para gestionar sus propias emociones y relacionarse armoniosamente con una mayor variedad de individuos, estímulos y entornos.

¿La perra sufre al quitarle los cachorros? - Cómo y cuándo separar un cachorro de su madre

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Referencias
  1. Hepper, P. G. (1994). Long-term retention of kinship recognition established during infancy in the domestic dog. Behavioural processes, 33(1-2), 3-14.
  2. Gillis, C., Legarsky, M., Lenker, L., Falkevitz, J., & Carr, W. J. (1999). Scent-Mediated Kin Recognition and a Similar Type of Long-Term Olfactory Memory in Domestic Dogs (Canis Familiaris). Advances in Chemical Signals in Vertebrates, 309-314.
Bibliografía
  • Beaver, B. V. (2009). Canine behavior: insights and answers. Elsevier Health Sciences.
  • Uvnäs-Moberg, K., Arn, I., & Magnusson, D. (2005). The psychobiology of emotion: the role of the oxytocinergic system. International journal of behavioral medicine, 12, 59-65.
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