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Convivencia entre dos hembras: cómo evitar que se peleen

 
Eduarda Piamore
Por Eduarda Piamore. 29 febrero 2024
Convivencia entre dos hembras: cómo evitar que se peleen

Existe una creencia bastante difundida de que es mejor tener dos perras en el mismo hogar que dos perros, pues las hembras tienden a pelearse menos o llevarse mejor entre sí que dos machos. Sin embargo, no todo es color de rosa en la convivencia entre dos hembras, en la cual pueden producirse conflictos e incluso peleas como resultado de la manifestación de comportamientos instintivos, así como en consecuencia de algunos problemas en la educación de las perras.

Esto no significa que es imposible tener dos perras juntas, pero sí que los tutores deberán adoptar ciertas medidas preventivas para evitar que ellas se peleen al compartir el mismo territorio. Para ayudarte, hoy en TodoPerros, hablaremos de por qué se pelean dos perras y qué puedes hacer para evitarlo.

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Índice
  1. ¿Se puede tener dos hembras en casa?
  2. Cómo es la convivencia entre dos hembras
  3. Cómo evitar que dos perros hembras se peleen
  4. Qué hacer si mi perra ataca a mi otra perra

¿Se puede tener dos hembras en casa?

¡Por supuesto que sí! Pero, deberás crear el ambiente y las condiciones propicias para una buena convivencia entre dos hembras. La mejor manera de lograr este cometido es que te adelantes a las necesidades de tus peludas y minimices los disparadores de peleas. De ahí que sea tan importante conocer las principales causas de conflictos entre dos perras que viven juntas. Veámoslas:

Herencia genética

Los componentes genéticos, como la raza y el linaje, tienen un peso relevante en la predisposición a ciertos patrones de comportamiento en las razas caninas. Así pues, hay ciertos perros que naturalmente son más propensos a manifestar conductas agresivas, principalmente cuando se sienten amenazados, confusos o miedosos. No obstante, recientes estudios evidencian que menos del 10 % de las variaciones comportamentales observadas en los perros machos y hembras – a nivel individual - pueden ser atribuidas a la herencia genética. Por ende, la genética no es la principal causa por qué se pelean dos perras.

Protección de territorio y recursos

No hay que confundir la territorialidad, que es instintiva y natural en los perros machos y hembras, con la agresividad, que es un problema de comportamiento. No siempre un perro o una perra recurrirá a la agresividad para proteger su territorio y los recursos allí presentes. No obstante, las peleas entre dos perras que viven juntas pueden producirse cuando una o ambas entienden que la otra es un rival con el cual tiene que disputar su territorio y sus recursos.

Generalmente, es la perra veterana la que tiende a rivalizar con la perra recién llegada. Casi siempre esto ocurre porque las perras no han sido correctamente presentadas antes de convivir. En consecuencia, es natural que la perra que ya vivía en un territorio entienda la repentina llegada de otra perra desconocida como una invasión que genera un desequilibrio en su entorno.

Los conflictos en la convivencia entre dos hembras también pueden darse cuando los recursos son escasos o insuficientes. En este contexto, las perras se ven obligadas a compartir recursos que consideran valiosos para su supervivencia o bienestar y, tarde o temprano, pelearán por su posesión.

Mala o nula socialización

Independiente del sexo, los perros que no han sido correctamente socializados son más propensos a manifestar conductas inadecuadas en sus interacciones con otros individuos y tienen una mayor tendencia a recurrir a la agresividad como un recurso para lidiar con situaciones que le generan incómodo, estrés o miedo. Además, la falta de socialización hace que muchos perros machos y hembras actúen de forma posesiva en relación a sus tutores y sus recursos, tendiendo a protegerlos a través de la agresión.

Comportamientos sexuales

La convivencia entre dos hembras enteras (no castradas) es particularmente difícil después de alcanzar la madurez sexual en la pubertad, que es cuando se intensifican los comportamientos asociados al deseo sexual y al instinto reproductivo en los perros machos y hembras, así como la protección de recursos y territorio.

Cómo es la convivencia entre dos hembras

Al principio, cuando las perras aún son cachorras, la convivencia entre ellas suele ser más amena y este es el momento ideal para empezar a socializarlas y prevenir conflictos en el futuro. No obstante, a medida que las perras se acercan a la pubertad, los conflictos tienden a volverse cada vez más frecuentes. Su cuerpo experimenta una serie de cambios hormonales y físicos que pueden alterar el comportamiento y la personalidad de las hembras, así como su forma de relacionarse con otras perras, que pueden empezar a ser vistas como eventuales rivales por un recurso esencial para la supervivencia de su especie: las parejas sexuales.

Así pues, la agresión intersexual suele intensificarse después de que las perras alcanzan la madurez sexual con su primer celo, y tiende a manifestarse de forma particularmente efusiva cada vez que la perra está en celo. Lo mismo sucede con el marcaje, la monta y el escapismo, que también son comportamientos relacionados con el deseo sexual y el instinto reproductivo en los perros.

Además de dificultar la convivencia entre dos perras, estos comportamientos también pueden generar situaciones desagradables o embarazosas para los tutores. Por ejemplo, un perro o una perra en celo puede querer montar personas u objetos, escaparse del hogar para aparearse, marcar con orina dentro de casa, etc.

Recuerda que la edad exacta en la que una perra se vuelve sexualmente madura puede variar en función de su raza, tamaño y estado de salud, así como de los factores ambientales que podrían inducir o retrasar el primer celo en las hembras. Aquí puedes profundizarte en las etapas, la duración y los síntomas de celo en las perras: “Mi perra en celo sangra mucho: causas y qué hacer”.

Cómo evitar que dos perros hembras se peleen

La calidad de las interacciones entre dos perras que viven juntas dependerá fundamentalmente de los cuidados y la educación proporcionados por su tutor. A continuación, compartimos las mejores prácticas para evitar peleas entre dos perras que viven juntas:

  • Socializa a tus perras. Si quieres promover una buena convivencia entre dos hembras, la clave está en socializar a cada una de ellas. Lo ideal es que el proceso de socialización empiece antes del tercer o cuarto mes de vida del cachorro, que es cuando debería producirse el reconocimiento de las especies amigas. No obstante, si has decidido adoptar a una perra adulta, también puedes socializarla progresivamente y con mucha paciencia.
  • Preséntalas correctamente. La llegada de una nueva perra a casa no debe ser entendida como una repentina invasión del territorio que la perra más antigua consideraba propio. Por ello, es fundamental presentarlas previamente en un terreno neutral y pasearlas juntas diariamente hasta que ambas se sientan cómodas en la presencia de la otra y muestren voluntad de interactuar espontáneamente.
  • No obligues a tus perras a interactuar. Cada perro, ya sea macho o hembra, tiene una personalidad y tomará su propio tiempo en adaptarse a la llegada de un nuevo individuo. Como tutor, necesitas respetar este tiempo y trabajar para promover interacciones espontáneas en un ambiente positivo. Si, por lo contrario, intentas forzarlas a relacionarse en contra de su voluntad y compartir forzosamente espacio y recursos que, antes, eran exclusivos de una de ellas, estarás sembrando un motivo muy evidente de peleas entre dos perras.
  • Cuidado con las diferencias de edad. Los comportamientos exploratorios e hiperactivos de una perra cachorra o joven pueden resultar estresantes o molestos para otra perra de edad más avanzada, promoviendo un rechazo o incluso agresiones con fines de autopreservación. Por ello, si quieres tener dos perras en casa, es mejor evitar que haya una gran diferencia de edad entre ellas.
  • Trata a tus perras de forma equitativa. Entiende que tu atención, tus caricias y tus cuidados también son recursos valiosos para tus perras. Y si empiezas a tratarlas de forma desigual, dedicando más tiempo o más afecto a una de ellas, la otra puede llegar a recurrir a la agresión para conservar estos recursos.
  • Enriquece el ambiente. Aunque compartan el mismo hogar, cada perra debe tener sus propios recursos (comedero, bebedero, juguetes, etc.) para no verse obligada a rivalizar con la otra perra en una situación de escasez. Además, el enriquecimiento ambiental es clave para prevenir los problemas de conducta relacionados con el aburrimiento y el estrés en perros, como los ladridos excesivos, la destructividad y la ansiedad por separación.
  • Pon atención a cómo las educas. Los castigos físicos, el encierro y un uso abusivo del regaño generan emociones negativas en los perros, como el miedo y el estrés, debilitando su confianza, el vínculo con su tutor y sus capacidades de interactuar con otros individuos. Nuestro consejo es que apuestes por el refuerzo positivo a la hora de educar a tus perras.
  • Evalúa los beneficios de la castración. Es muy recomendable castrar a perros del mismo sexo que viven juntos, tanto para evitar peleas relacionadas con la agresión intersexual, la territorialidad y la protección de recursos, como para prevenir enfermedades asociadas a las hormonas sexuales y al tracto reproductor. Además, la castración es un método sumamente eficiente para evitar embarazos no planificados en las hembras, las cuales, en su gran mayoría, entrarán en celo cada seis meses, incluso después del parto.
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Qué hacer si mi perra ataca a mi otra perra

Aquí hay que diferenciar dos situaciones: la primera, es cuando existen signos de una conducta defensiva por parte de una o dos perras, pero aún no se ha producido un ataque; y la segunda, es cuando dos perras se pelean y necesitas intervenir.

En ambos casos, lo más importante es mantener la calma para apaciguar la situación. No grites, no hagas movimientos bruscos y, principalmente, no trates de regañar ni mucho menos castigar a dos perras enfadadas o peleándose, porque puedes salir lastimado. Ahora veamos cómo actuar correctamente en cada situación:

Cómo separar a dos perras que se pelean

Cuando la pelea ya está en curso, lo más seguro es que dos personas intervengan para neutralizar simultáneamente a las dos perras, evitando, así, que una pueda seguir atacando a la otra que no podrá defenderse. Al mismo tiempo, cada persona deberá agarrar a una perra de forma contundente por las patas traseras y levantarlas del suelo. No es necesario levantar todo su cuerpo, porque querremos que las perras puedan caminar y alejarse de su oponente. Inmediatamente después de lograr que las perras retrocedan, será necesario contenerlas para evitar que vuelvan a atacar y para que puedan calmarse.

Si estás solo y necesitas intervenir en una pelea entre dos hembras, tendrás que identificar rápidamente cuál es la perra que está dominando la pelea y separarla como te explicamos anteriormente. ¡Ojo! No agarres a la perra por el collar o arnés para separarla, pues esto te hará quedar más expuesto a una mordida, ni tampoco tires de ella ni la levantes.

Cómo evitar una pelea entre dos perras

Mejor que actuar es prevenir que dos perras se peleen. Para ello, deberás seguir estas recomendaciones:

  1. Mantenlas separadas. Cuando dos perras que viven juntas pelean con mucha frecuencia, puede ser necesario distanciarlas por un tiempo para que tengan la posibilidad de adaptarse la una a la otra en un terreno neutral y positivo para ambas. Si tienes alguien de confianza que pueda cuidar a la perra que adoptaste más recientemente durante un par de semanas, esto te permitirá llevar a cabo un proceso de presentación y adaptación progresiva antes de tener dos perras en casa.
  2. Impón una distancia de seguridad. Si no tienes la posibilidad de mantener a tus perras en casas separadas, puedes instalar una valla o puerta auxiliar para imponer cierta distancia de seguridad entre las hembras que se pelean. La idea es que estos accesorios funcionen como una barrera física entre ellas, pero que les permitan verse y olfatearse para que se vayan acostumbrando la una a la otra, mientras realizas los paseos diarios para favorecer su adaptación.

Finalmente, si los consejos que compartimos hasta aquí no son suficientes para que tus perras dejen de pelear, recomendamos que busques la ayuda de un experto en etología canina para identificar la causa de estos problemas de convivencia entre dos hembras y establecer pautas de manejo compatibles con los requerimientos de cada una de ellas.

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