Mi afición a los perros, comenzó cuando mi compañera Montse me regaló, a finales de 1999, a Luna, una perrita Cocker Spaniel Inglés de color blanco y negro.
A partir de ahí, al hacer la primera camada, vi que los perros y yo teníamos un camino en común.
Compré tres perritas Cocker más, ya buscando buenas líneas genéticas. En septiembre de 2001 asistí a la primera exposición canina de belleza, obteniendo buenos resultados, entonces empezamos a adquirir buenos Cockers, tanto en belleza como en genética.
Con la intención de conocer más los perros, Montse y yo nos planteamos dedicarnos a otra raza, en este caso un perro de compañía.
Después de analizar los pros y contras de muchas razas, una en concreto nos robó el corazón. Esta era el Coton de Tulear.
Raza desconocida en Cataluña y en España, pero con muchos y buenos criadores en Francia, contactamos con criadores reconocidos, adquiriendo varios Cotons.
Con el hecho de que al cabo de un año los mejores criadores de Cotons de Francia y del mundo, Diabolo Swing de Natalie Brabant, dejaron de criar y nos ofrecieron sus perros, once en total, fruto de diecisiete años de trabajo preciso y laborioso.
Hoy en día nuestra línea de crianza en Algodones se basa principalmente en los Diabolo Swing.
Ante la llegada de tantos y buenos perros, Cotons y Cockers, dejé mi trabajo de empresario de hostelería para dedicarme exclusivamente a los perros, mi pasión.
También era necesario hacer unas buenas instalaciones, para que los Diabolic Clown estuvieran lo mejor posible, las que se terminaron a finales de 2003. Las mismas disponen de 6 patios por los Cockers y 4 terrazas por los Cotons, además de las instalaciones interiores.
En la primavera de 2008 se finalizaron las obras de los jardines de Diabolic Clown, “Jardín Can Llobera”. Jardín con piedras, pista de agility, en total más de 3.000 m2