En el artículo anterior hemos comentado una serie de conductas distintas y características del sexo de nuestro amigo. Estas y otras conductas, se acentúan cuando nuestro perro se encuentra en el territorio. Así, la agresividad territorial del macho es superior a la de la hembra, la ordenación territorial actúa, en mayor medida, a favor de ella y los cachorros solo se sienten seguros cuando están protegidos y dentro de los límites territoriales.
Antes de seguir con las diferencias conductuales entre Truco y Kika, es necesario comentar algo sobre ese bien tan apreciado para ellos, el Territorio.
Lo podemos definir como una extensión de terreno, mas o menos grande, donde nuestros perros desarrollan prácticamente todas las funciones de supervivencia y/o reproducción. Si analizamos detenidamente estas funciones, veremos que es en el territorio donde Truco es realmente el señor feudal de su manada y a la vez, nuestro subordinado. Kika parirá y otorgará los cuidados parentales a sus cachorros y estos, a su vez, crecerán, aprenderán a vivir jerarquizados y llegarán a la fase del cortejo y cópula.
Truco, Kika y sus hijos comen en el territorio, o lo que es lo mismo, acceden a las fuentes de recurso. Evitan, en este lugar, las enfermedades y los ataques de otros miembros de su especie, es decir, se protegen de la depredación y todos, tratan de llegar al 20% de elite que superará la fase juvenil. ¿Ven ustedes por qué es tan importante el que Truco y Kika tengan claro cual es su territorio? ¿Observa el amable lector la similitud de esta necesidad con la nuestra?.
Decimos, en España, que el hogar de un hombre es su castillo. Los humanos tratamos de conseguir recursos para traerlos a nuestra casa, trabajamos para obtener comida, ropa, comodidades y prestigio, defendemos nuestra casa con leyes como la de la propiedad privada o con uñas y dientes y pensamos que como en la casa de uno, ni en el cielo. ¿No es eso lo que piensan Truco y Kika?.
¿Por qué Truco levanta la pata y Kika orina agachada?
Esta conducta de macho territorial se debe a la necesidad de poner vallas y puertas a su territorio. Como no entiende de albañilería, utiliza sus Feromonas(1) para marcar el límite de su propiedad. Es tan celoso de su castillo que hace acta notarial de todo lo que le pertenece (igual que nosotros).
Mi macho Roco, es tan posesivo que le encanta marcar hasta una bicicleta nueva que compra mi hijo. Cansado de esta conducta, me lo llevé un día a un rincón del chalet en el que vivo y, mostrándole un naranjo que mi esposa acababa de comprar, vacié mi vejiga sobre el macetón. Cuando él trató de marcarlo también, le recordé en su lenguaje, que aquel árbol sin plantar era mío y no suyo. El buen animal aceptó la orden muy a regañadientes y tuve que explicársela varias veces más y sobre otros objetos de mi jardín.
Cuando mi esposa me sorprendió, en uno de mis “marcajes”, se acabaron las lecciones de jerarquía, pero el astuto macho aprendió que no debía marcar en mi presencia. Ahora, al paso de los años, observa ansioso, durante unos días, cualquier objeto nuevo que colocamos en el jardín. Pasado un tiempo prudencial, si yo no lo marco, lo hace él. Desgraciadamente mi esposa me vigila a mí y no a Roco.
La buena de Kika siente menos la necesidad de marcaje, sobre todo si está subordinada a Truco. En las Hienas, la jefatura del Clan recae siempre sobre una hembra y, tan sabia es la Selección Natural, que ha potenciado la aparición de un falso pene con el que la Dominante, ejerce sus funciones de marcaje aparte de las de eliminación. Me refiero a que esta conducta obedece a la necesidad de salvaguarda del territorio y está mas ligada al estatus social del que la ejerce, que al sexo.
En mi consulta, un amo preocupado, me contaba que su perro de dos años, todavía orinaba agachado. Para él, su perro no tenía el carácter que necesitaba en sus labores de guarda. Me trasladé al territorio del buen animal y descubrí a una furibunda hembra de la misma raza, mas vieja y fuerte que el perro, que intentaba impedirme la entrada al chalet ante la pasividad del macho.
Convencí a su dueño de que la Alfa del Territorio era la hembra y, el macho, no desarrollaría su carácter definitivo hasta que fuese separado de ella. Como su hermano vivía en la misma urbanización, el dueño de los dos perros, llevó al macho a defender la casa de este. Al paso de tan solo dos meses nuestro “paciente” defiende la casa con tanto ahínco como la hembra la suya y marca, con tanta fruición, como mi viejo Roco.
Truco vive en un apartamento
Los límites de un territorio son los más protegidos por los cánidos. Así, en el último Congreso Iberoamericano de Etología al que asistí, se expuso una ponencia sobre el marcaje de los Lobos de Sierra Morena (España). Al parecer, estos cánidos marcan con heces y orina los límites territoriales que ellos entienden que acaban en los caminos y veredas que los rodean.
Realmente, lo que tratan de marcar son las vías de penetración al territorio. Si nuestro Truco vive en un apartamento, lo que vigilará con más ahínco será la puerta de la calle y el balcón. Él entiende que por ahí le puede llegar la invasión territorial y, en algunas situaciones de estrés del animal, puede llegar a orinar contra la puerta sin que este hecho podamos catalogarlo como conducta anómala. Aún Kika, si vive sin un Dominante, también puede ejercer este tipo de marcaje.
Defendiendo el coche
Cuando un perro es “abandonado” por sus dueños en un automóvil, su agresividad territorial aumenta de forma apreciable, ya que la distancia de seguridad que le separa de un posible agresor, es mínima. Ese estrés e inseguridad, que dominan al animal, hacen que los perros realicen la guarda de coche con más ferocidad que en su propia casa y, por lo tanto, no es conveniente que, ni siquiera los niños, traten de penetrar en el vehículo.
¿Por qué Kika se convierte en minera?
La manía de escarbar túneles en el jardín suele producirse con mas virulencia entre las hembras y, sobre todo, a partir de los seis meses. Muchos dueños airados acuden a las consultas presumiendo que la conducta de su perra no es normal. ¡Nada más lejos de la realidad!
Las hembras dominan perfectamente, en su mensaje genético, las nociones de construcción de madriguera pero tienen que ensayarlas y, en ese simulacro, viene el destrozo del cuidado jardín humano. Si las dejamos acabar el desastre veremos como a la segunda intentona, construyen una madriguera pequeña, funcional, caliente y fácil de defender. ¡Están jugando a las casitas, como nuestras niñas!.
El cubil de un perro nunca es grande como el nuestro. La entrada debe ser pequeña para que el invasor se encuentre con los dientes de Kika y no pueda tomar una dirección alternativa, el habitáculo no debe permitir el que la madre se levante para dar de mamar a los cachorros y, sobre todo, debe ser subterráneo para conseguir una temperatura adecuada.
Si queremos construirle su cubil debemos tener en cuenta estos datos para no trabajar en vano y ver como nuestra perra desdeña nuestra obra de arte para terminar escondiéndose en un rincón.
Aparte de este afán de construir madriguera, hay otra necesidad que puede llevar a Kika a la minería. Me refiero a la conducta de manipulación de la presa que suele acabar en el porteo o el enterramiento. Lo normal, cuando un cánido ha matado es que manipule la presa para acabar en la ingesta, pero si la situación no es la adecuada, puede portarla entera para acabar de manipularla en su cubil y repartirla entre la progenie.
Hay otras situaciones en las que el animal se ve obligado a enterrarla para, pasado un tiempo prudencial, volver a por ella. De estas conductas podemos deducir que, es tan normal el que Kika se pasee con una “presa” en la boca como que trate de enterrarla y, para llevar a cabo esas labores, nada mejor que estudiar para minera.
Acepto que muchos dueños (entre ellos, yo) se den a los demonios cuando nos encontramos el césped, recién plantado, convertido en un campo minero. Supongo que la frustración es tan grande como la que siente mi perra Tana al verme llegar del supermercado cargado de “carne fresca” sabiendo que no estoy dispuesto a compartir mi “caza” ni con ella ni con sus cachorros. ¡Cosas de la convivencia interespecífica!.
Muchas veces (sobre todo desde que publiqué mi primer libro) se me ha reprochado el que compare constantemente la conducta de nuestro perro con la que tendría si fuese un cánido libre. A todos los que lo han hecho les he respondido lo mismo: ¡Truco o Kika están con nosotros hace tan solo 16.000 años!. ¿Creen ustedes que en ese pequeño periodo evolutivo se van a olvidar de lo que la Naturaleza le enseño en millones de años?. Si de verdad lo creen, están en un craso error y si no, pregúntenselo a su perro.
(1) Las Feromonas son una serie de sustancias activas que crean una relación humoral entre individuos de la misma especie, influyendo sobre su comportamiento o desarrollo.