- 15 Abr 2022, 12:46
#9174582
Ha sido muy rápido. Y hemos hecho todo lo posible para ayudarte aunque me siento culpable. Siempre piensas que podría haber hecho algo más o, haberlo hecho antes. En cuanto te salió ese pequeño bultito en la patita, fuimos a tu veterinario. Nos dio malas noticias pero, a su vez nos dijo que tenía solución. Mientras tanto, exploraron tu barriguita y algo no iba bien. Nos recomendaron una endoscopia y , por supuesto que lo hicimos. Llegó el día y ví como tu otra patita se había inflado mucho, costándote caminar. Se me partía el alma verte así pero me mirabas y movías la cola, como siempre.
Esa tarde nos dijeron que tenías algo en tu barriguita y que a falta de los resultados del laboratorio, no pintaba bien. Pero había que esperar unos días a que llegasen los resultados. Todo era operable, pero nos estábamos haciendo a la idea de que pronto nos separaríamos. Esa mista tarde, llegaste a casa de nuevo. Comiste como nunca y fuimos a dar tu paseo de buenas noches. Te desplomaste nada más pisar la calle. Y yo, también. Te cogí en brazos y te lleve a casa. Te quedaste mirándome con ternura, moviendo la cola. Te volviste a desplomar. y no podía hacer otra cosa más que abrazarte. Tu veterinario nos recomendó ingresarte para ver cómo pasabas la noche. Nos dijo que estabas muy bien, contenta y animada, y que al día siguiente nos volveríamos a ver seguro. Dentro de mi, pensaba que eso no pasaría pero no tuve el valor de despedirme como te merecías.
Tu corazón dejo de latir esa misma noche, de madrugada, sin quejarte y yo no estaba allí. Lo siento muchísimo.
Mi hijo pequeño pregunta por ti. Le digo que ya estás en el cielo y me responde con la inocencia que le dan sus 4 años, que no podemos ir a verte, que el cielo está muy lejos.
Algún día, estaré preparado y quizás me plantee tener otro peludo. Pero tu serás única y especial, no lo olvides.
Te recordaré siempre compañera.
Hace tan solo 2 días que no estás y me has dejado un vacío difícil de explicar. Miro el sofá y ya no estás. Sigo pensando en separar un poco de nuestra comida para dártela y hacerte feliz, pero me acuerdo que te fuiste.
Ha sido muy rápido. Y hemos hecho todo lo posible para ayudarte aunque me siento culpable. Siempre piensas que podría haber hecho algo más o, haberlo hecho antes. En cuanto te salió ese pequeño bultito en la patita, fuimos a tu veterinario. Nos dio malas noticias pero, a su vez nos dijo que tenía solución. Mientras tanto, exploraron tu barriguita y algo no iba bien. Nos recomendaron una endoscopia y , por supuesto que lo hicimos. Llegó el día y ví como tu otra patita se había inflado mucho, costándote caminar. Se me partía el alma verte así pero me mirabas y movías la cola, como siempre.
Esa tarde nos dijeron que tenías algo en tu barriguita y que a falta de los resultados del laboratorio, no pintaba bien. Pero había que esperar unos días a que llegasen los resultados. Todo era operable, pero nos estábamos haciendo a la idea de que pronto nos separaríamos. Esa mista tarde, llegaste a casa de nuevo. Comiste como nunca y fuimos a dar tu paseo de buenas noches. Te desplomaste nada más pisar la calle. Y yo, también. Te cogí en brazos y te lleve a casa. Te quedaste mirándome con ternura, moviendo la cola. Te volviste a desplomar. y no podía hacer otra cosa más que abrazarte. Tu veterinario nos recomendó ingresarte para ver cómo pasabas la noche. Nos dijo que estabas muy bien, contenta y animada, y que al día siguiente nos volveríamos a ver seguro. Dentro de mi, pensaba que eso no pasaría pero no tuve el valor de despedirme como te merecías.
Tu corazón dejo de latir esa misma noche, de madrugada, sin quejarte y yo no estaba allí. Lo siento muchísimo.
Mi hijo pequeño pregunta por ti. Le digo que ya estás en el cielo y me responde con la inocencia que le dan sus 4 años, que no podemos ir a verte, que el cielo está muy lejos.
Algún día, estaré preparado y quizás me plantee tener otro peludo. Pero tu serás única y especial, no lo olvides.
Te recordaré siempre compañera.