- 02 Ene 2017, 20:22
#9164354
Tengo una inquietud y quisiera tener alguna opinión especializada. Tuve un perro de la raza crestado chino por 4 años, el cual fue criado con todo el amor del mundo pero por razones ajenas a mi voluntad y ligadas a mi salud tuve que separarme de mi tan querido compañero hace ya casi dos años. Después de buscar y buscar a qué familia podía confiarlo decidí darlo a un matrimonio conocido de un muy buen amigo. Es un matrimonio de personas mayores que nunca tuvieron hijos y que buscaban precisamente un perro de esta raza. Se quedaron encantados con mi bebé, y la atracción fue mutua desde el primer momento. No lo pensé dos veces y a ellos se lo confié. Al principio le hacía visitas frecuentes, digamos una vez por semana, para ver cómo se adaptaba, constatando que estaba feliz con ellos y que era tratado con respeto, dignidad, y con MUCHO amor. Cada vez que me veía se alegraba inmensamente, y cuando yo partía, se quedaba conforme y tranquilo. Sin embargo yo salía cada vez con el corazón destrozado. Más tarde pude superar mi tristeza, mientras veía que él estaba bien. Algunos me decían que que era bueno que lo siguiera visitando, otros, por el contrario me dicen que no vaya más, pues no es bueno para él, así que por el momento no he ido más.
Ahora mi inquietud:
Alguien pudiera aconsejarme qué hacer? Es conveniente para ÉL que yo siga visitándolo? Le hace bien o le hace mal verme cada vez? Les agradezco de antemano sus opiniones. Muchas gracias.
Ocdiaz
Buenos días,
Tengo una inquietud y quisiera tener alguna opinión especializada. Tuve un perro de la raza crestado chino por 4 años, el cual fue criado con todo el amor del mundo pero por razones ajenas a mi voluntad y ligadas a mi salud tuve que separarme de mi tan querido compañero hace ya casi dos años. Después de buscar y buscar a qué familia podía confiarlo decidí darlo a un matrimonio conocido de un muy buen amigo. Es un matrimonio de personas mayores que nunca tuvieron hijos y que buscaban precisamente un perro de esta raza. Se quedaron encantados con mi bebé, y la atracción fue mutua desde el primer momento. No lo pensé dos veces y a ellos se lo confié. Al principio le hacía visitas frecuentes, digamos una vez por semana, para ver cómo se adaptaba, constatando que estaba feliz con ellos y que era tratado con respeto, dignidad, y con MUCHO amor. Cada vez que me veía se alegraba inmensamente, y cuando yo partía, se quedaba conforme y tranquilo. Sin embargo yo salía cada vez con el corazón destrozado. Más tarde pude superar mi tristeza, mientras veía que él estaba bien. Algunos me decían que que era bueno que lo siguiera visitando, otros, por el contrario me dicen que no vaya más, pues no es bueno para él, así que por el momento no he ido más.
Ahora mi inquietud:
Alguien pudiera aconsejarme qué hacer? Es conveniente para ÉL que yo siga visitándolo? Le hace bien o le hace mal verme cada vez? Les agradezco de antemano sus opiniones. Muchas gracias.
Ocdiaz