- 18 Nov 2016, 16:14
#9164016
Mi perra murió el 4 de agosto, tenía 9 añitos. El día 16 de agosto iba a ser su cumpleaños y habíamos previsto llevarla a la playa con ella y los niños para celebrarlo. Ella llevaba un par de meses visitando al veterinario porque había perdido bastante peso, tenía istercia, no quería comer y los niveles del hígado le daban altos. También tenía IPE desde los 3 años. El veterinario no supo concretarme el motivo de su muerte, solo me dijo que tenía el intestino delgado y el estómago inflamado. Unos días antes de su muerte se puso muy malita, no era capaz de aguantar su peso, se tambaleaba, se la notaba mareada. El veterinario le mandó le puso un tratamiento de urgencia y se puso mejor unos días. Después pasó lo que pasó.
Yo no hago más que culparme por no haberla llevado a algún hospital para perros...
La verdad es que me acuerdo de ella a todas horas, la quiero con todo el alma. Solo me distraigo, a veces, con mis hijos, luego vuelvo a pensar en ella.
Hoy escribo con la intención de ir liberando este dolor tan grande que llevo dentro. Hace más de 3 meses que se murió mi perrita Kira. La quiero tanto que no tengo palabras para describirlo. Estoy asistiendo a psicoterapia para poder sobrellevar esta pena, pues estoy pasando por los momentos más duro de mi vida.
Mi perra murió el 4 de agosto, tenía 9 añitos. El día 16 de agosto iba a ser su cumpleaños y habíamos previsto llevarla a la playa con ella y los niños para celebrarlo. Ella llevaba un par de meses visitando al veterinario porque había perdido bastante peso, tenía istercia, no quería comer y los niveles del hígado le daban altos. También tenía IPE desde los 3 años. El veterinario no supo concretarme el motivo de su muerte, solo me dijo que tenía el intestino delgado y el estómago inflamado. Unos días antes de su muerte se puso muy malita, no era capaz de aguantar su peso, se tambaleaba, se la notaba mareada. El veterinario le mandó le puso un tratamiento de urgencia y se puso mejor unos días. Después pasó lo que pasó.
Yo no hago más que culparme por no haberla llevado a algún hospital para perros...
La verdad es que me acuerdo de ella a todas horas, la quiero con todo el alma. Solo me distraigo, a veces, con mis hijos, luego vuelvo a pensar en ella.